Es lo más saltante que ha ocurrido en la última semana, el triunfo de la ultra derecha en Argentina con ese candidato extravagante que es Javier Milei, que no es precisamente un personaje equilibrado y que está en la línea de Trump, Bolsonaro y de alguna manera López Aliaga en el Perú, aunque este último resultó más diminuto de lo que se esperaba en cuanto a sus formas de actuar.

Pero el caso argentino sí es un tema muy importante y delicado. El 10 de diciembre asume Javier Milei el gobierno que va a captar la atención latinoamericana y del mundo; porque es la primera vez que un ultra capitalista gana unas elecciones con esas características de haber anunciado desmontar el Estado, destruir el Banco Central, acabar con el peso argentino dolarizando la economía, convertir a los argentinos en vendedores de sus propios órganos internos y dar armas prácticamente sin control.

Milei es un hombre que no está precisamente en sus cabales, porque lo hemos escuchado en múltiples declaraciones, decir que él sigue los consejos de su perro muerto hace ya algunos años al cual clonó, que duerme con los cuatro perros clonados y que considera a su hermana, que es su consejera política principal, como la enviada divina, la viva encarnación del mesías. Entonces, con un caso psiquiátrico de esta envergadura y con propuestas como las que hace, ciertamente refleja una situación muy peculiar y preocupante en Argentina.

Una votación importante ha obtenido y ha llegado al 55%, ha recogido el fracaso de los peronistas y sumado los votos, el 30% que sacó en primera vuelta, más el 25% que obtuvo de su nueva socia, la señora Patricia Bullrich del grupo de Macri, a quien ha nombrado además, ministra de Seguridad, que es el mismo cargo que desempeñó en el gobierno de Macri, antecesor del presidente saliente Fernández y que el mismo Milei, en algún momento había considerado uno de los peores gobiernos de la historia de Argentina y a la misma señora Bulrich, la había acusado de asesina de niños cuando era simpatizante de los montoneros.

Vamos a tener a un personaje con esas características en el gobierno y ha anunciado, además, acabar con una docena de ministerios y con los bienes públicos; es decir, con la educación y la salud pública, con la seguridad social y creo que eso va a generar graves conflictos, porque un desmontaje del Estado de ese tipo y envergadura, no se había planteado con tanta claridad y vehemencia por nadie en el mundo contemporáneo.

Hay una ultra derecha que se hace cada vez más fuerte en muchos países; pero como en el caso de Italia con la Sra. Giorgia Meloni, quedó más bien como una fuerza de derecha, digamos más tradicional, no cumplió sus amenazas, en fin, resultó bastante más tranquila de lo que se suponía. Un caso también parecido es el de Marine Le Pen en Francia, donde su óptica si bien sigue siendo xenófoba, no es exactamente ultra capitalista, es más bien el típico discurso neoliberal más su xenofobia contra los musulmanes y los extranjeros en general.

Pero este Milei creo que es de otra envergadura. Vamos a ver lo que hace y cuál es la resistencia de la comunidad argentina frente a estas políticas tan extremas como las que propone. Está anunciando que va a entrar a privatizar desde el primer momento todo lo que esté a su paso, yacimientos petrolíferos, telecomunicaciones y otras empresas públicas de Argentina, así como también el desmontaje inmediato de los ministerios a los cuales él señalaba con una moto sierra en la mano de forma muy agresiva.

Tiene una vicepresidenta que es negacionista de la dictadura, porque viene de familia de torturadores militares que fueron sancionados por la justicia argentina, y pretende negar ahora los crímenes de la dictadura, donde los argentinos habían alcanzado un consenso y sanciones severas para los propios dictadores y los que resultaron comprometidos en el asesinato de 30 mil personas, varias de las cuales siguen sin ser encontradas.

Por eso el movimiento de las madres de la Plaza de Mayo, no solo subsiste, sino que ahora se reactiva en un campamento en la plaza y delante de la Casa Rosada, demandando por décadas que aparezcan las víctimas, o por lo menos sus nietos, porque también hubo mucho trasiego de niños, de hijos de los prisioneros que eran entregados a otras familias, todo un proceso que el mundo ha seguido con mucha atención. Estamos ante este nuevo periodo que se abre y cuyas pautas están marcadas desde el primer momento en Argentina.

Argentina es uno de los tres países más significativos de América Latina, junto a Brasil y México, y de paso ha calificado a su vecino Lula como comunista, con quien no quiere tener relaciones, igual que con China, que es el principal inversionista en Argentina desde hace buen tiempo. Esto va traer cola y no sabemos exactamente si se queda en palabras o como va afrontar una situación de ese tipo; por lo tanto, ahí hay un foco significativo y problema serio, como el que él ha anunciado peligrosamente en sus intervenciones vociferantes que necesita 35 años para cambiar Argentina, luego dijo 25, pero en todo caso eso quiere decir que piensa más allá de los 4 años que le corresponden.

Esto por supuesto le insufla a la ultra derecha latinoamericana un aire del que no disponía, porque no es lo mismo los avances de la ultraderecha en Europa que en el continente; pero podría ser algo parecido a lo que sucedió con Trump, que todavía tiene un aire importante y está reflejado en el hecho de que convoca a sectores que están en el día a día, que tienen niveles educativos muy bajos, de comprensión de las situaciones muy débiles y que se entusiasman con este tipo de anuncios demagógicos.

Lo que tiene Trump son 91 casos judiciales en su contra, muy graves por fraudes y engaños en el manejo de sus empresas en años fiscales y eso le puede costar, más temprano que tarde, condenas, está denunciado por sus propios colaboradores que se han convertido en testigos contra él, así que no la tiene fácil. Pero sigue arrastrando un margen importante en las encuestas, que lo llevan a empatar e incluso a superar a la candidatura del presidente Biden y su probable reelección.

El asunto también ahí es complicado y difícil, todo esto marca una pauta importante, porque en realidad va a confrontar con modelos alternativos progresistas donde el más significativo es el de Lula en Brasil que se está manejando con bastante criterio y responsabilidad; ha vuelto abrirse paso en el contexto internacional y desarrolla políticas que desmontan los excesos neoliberales, anticlimáticos y depredadores de Bolsonaro, lo que ha dado lugar a que Lula se afiance en este primer año de gobierno;

Pero va a tener un problema serio con la enemistad de Milei, no va a ser fácil resolver este conflicto que se avecina, porque ambos comparten el espacio del Mercosur, que Milei quiere, por supuesto, desmontar, porque no le interesa ninguna política de tipo integracionista, él solamente quiere aplicar la tesis ultra capitalista de que todo lo define el mercado totalmente abierto y sin regulaciones, lo cual como ya sabemos genera concentración y centralización de la riqueza, profundiza la desigualdad y la injusticia social.

Este es un tema, que está en el primer lugar de la agenda, vamos a ver como se desenvuelve el conflicto. Por supuesto, una derrota de Trump el próximo año en EEUU, sería muy importante, pero eso todavía no está claro, por el equilibrio en las encuestas entre Trump y el candidato a la reelección del partido demócrata. Esta es la amenaza de una ultraderecha que va seguir y estará atenta a lo que suceda con Milei que va en camino de ser un factor desestabilizador en el continente.

Quizás el caso próximo más interesante sea Chile, que ha venido dando tumbos de un lado a otro con el tema constituyente. Se eligió a Gabriel Boric con una importante votación, generando un aliento para la izquierda. Boric viene de una izquierda radical, pero ha tenido un comportamiento muy interesante porque se aproximó a los liderazgos del partido socialista para centrar de mejor forma su Ejecutivo.

El gobierno de Boric ha tenido que soportar los vaivenes del proceso constituyente, pasando de posiciones de ultraizquierda que trataban de desmontar lo mejor de la tradición republicana chilena, a los resultados del referéndum en que la derecha levantó cabeza y hundió a la ultra izquierda. Luego de eso, el Ejecutivo designó a un grupo que debía elaborar una propuesta de constitución sobre la base de unos principios fundamentales que fueron concordados con los diferentes partidos de izquierda, de centro y de derecha. Después se pasó a un grupo elegido por el voto popular de 50 personas, donde la derecha ganó mayoría, trajo abajo los consensos y volvió a ser una propuesta de carácter derechista, quitándole los puntos de acuerdo con los sectores de izquierda más sensatos.

Así que eso va ir al referéndum, en diciembre y cómo va la cosa, lo más probable es que ese proyecto vuelva a perder. Serían ya dos derrotas de dos proyectos constitucionales, lo cual por supuesto, va a generar problemas serios en Chile y la consecuencia va a ser paradójica, porque no podrá reformar algunos aspectos fundamentales de la constitución de Pinochet del año 1981; aunque ya esa constitución ha sido reformada, en buena parte, tiene decenas de modificaciones a lo largo del proceso constitucional abierto desde el presidente Aylwin en 1989; pero ha dejado en pie lo del Estado subsidiario, que no ha podido ser modificado por los congresos chilenos y eso vuelve a plantearse de nuevo en esta consulta, lo que probablemente lleve a que el proyecto de constitución no sea aprobado.

Entonces, ambos extremos van a perder, pero eso no le da salida al tema, y como reitero, acabe de nuevo haciendo que se continúe con la constitución de Pinochet, entonces va a hacer un resultado difícil porque entrampa además al gobierno de Boric y su propuesta de reforma; y por supuesto, la gente ante este enredo lo que va a concluir es que el gobierno del presidente Boric no ha resultado muy eficiente y como no hay mayorías claras en el congreso, sino correlaciones de fuerzas que son muy laboriosas de organizar, esto va a dificultar y no va ser favorable para al gobierno de Gabriel Boric.

En fin, es un tema a contemplar con cuidado, más aún ahora que tiene un vecino tan inestable y peligroso en Milei, que ya hizo por supuesto pronunciamientos contra las relaciones internacionales, contra sus propios vecinos tratando de imponer condiciones. Es un personaje que se sale de las pautas de un comportamiento republicano formal y que puede generar conflictos por quítame estas pajas.

Lo que parece más previsible es México, donde López Obrador en medio de todas sus dificultades, tiene un respaldo popular muy amplio y pareciera que su candidata Claudia Sheinbaum va a ganar las elecciones el próximo año. Esto se debe, más que a sus promesas iniciales, a la inversión que ha hecho en obras públicas contra viento y marea; en el sentido que ha actuado sin contemplaciones en relación al respeto al medio ambiente, como la construcción del Tren Maya y algunas otras inversiones en infraestructura de gran envergadura, en exploración de recursos naturales.

Ello ha generado trabajo, dinamizado la economía y de alguna manera, ha pasado a segundo plano los graves problemas con la inmigración que se maneja muy mal por parte de su gobierno y con la delincuencia que lamentablemente no se ha reducido en México, sigue en aumento y los cárteles mexicanos operan dentro y fuera del territorio mexicano, causando graves problemas en todo el continente incluso en los propios EEUU, no tiene graves casos de corrupción, lo cual en México ya es todo un mérito y esto abona en su favor.

El caso de Petro en Colombia es un personaje muy complicado por su propio temperamento, cierta inestabilidad que lo lleva de un lado a otro, en sus propias propuestas se enreda solo, pero de alguna manera está tratando de pacificar al país, aunque ha sufrido una derrota muy seria en las elecciones municipales y regionales.

Petro con quien combate es contra sí mismo, porque arma alianzas que parecen muy inteligentes con sectores que lo ayudan a gobernar y luego él mismo las rompe y vuelve a quedar aislado. Ahora está intentando recuperar espacio. Pero ya perdió las elecciones últimas ante los partidos tradicionales y, eso lo puede llevar a reconsiderar su propia política y volver a propuestas de concertación o simplemente aislarse, lo que va a llevar a una derrota a la izquierda en Colombia.

Entonces, es también una incógnita que en este caso, depende más de él que de sus opositores; es decir, depende de su capacidad de control de sí mismo, debería acabar su periodo bien si es que como digo, él mismo debe mejorar su propia actuación, lo que también nos hace dudar, por esos vaivenes y actitudes que de pronto irrumpen contra las políticas que él mismo estableció y todavía no logra hacer algo lo suficientemente significativo como para decir que la izquierda en Colombia imprimió un carácter distinto al curso del país.

Otro tema también delicado es lo que está pasando en Guatemala, con esa negativa de los sectores de las clases dominantes que no admiten la derrota ante Bernardo Arévalo, el hijo de Juan José Arévalo, el recordado presidente democrático y progresista de los años 50, que fue derrocado por los norteamericanos que no toleraban una política en ese sentido.

Bernardo Arévalo que es un social demócrata, un hombre tranquilo, reposado, de una visión clara, que quiere afianzar la democracia y el Estado de derecho; pero que es desconocido por el establishment ultra derechista, que no quiere perder el poder. La Fiscalía y el poder judicial, por todos los medios están tratando de impedir que asuma el mando que le corresponde, que ganó limpia y largamente en Guatemala y que debería llevarlo a ejercer el Ejecutivo a partir del 1° de enero.

Ahí también tenemos una situación crítica que tendrá que resolverse en las próximas semanas y que, de no asumir Arévalo, sí sería claramente un golpe de Estado, sin dudas ni murmuraciones por parte de la ultra derecha, con el presidente Giammattei, el ejército, el poder judicial y la fiscalía, impidiendo que exista un proceso de renovación democrática; no tienen absolutamente ningún argumento salvo el uso de la prepotencia, la arbitrariedad y la fuerza. Guatemala se está convirtiendo en el país más poblado de América Central, 17 millones de habitantes, el más importante de la zona en esos términos y nos tiene también pendientes en cuanto a la resolución final de un triunfo absolutamente legítimo y contundente de Bernardo Arévalo, en las últimas elecciones en ese país.

Estas situaciones hacen de América Latina un continente en observación. En Ecuador, asumió ayer (23/11/2023) la presidencia el joven empresario Daniel Noboa, hombre de derecha, hijo de uno de los empresarios más ricos que intentó varias veces ser presidente de Ecuador, pero no lo consiguió. Noboa tendrá apenas un año y medio de gobierno porque tiene que completar el gobierno de Lazo, que aplicó constitucionalmente este recurso que los ecuatorianos llaman la muerte cruzada, donde Lazo para impedir que lo juzguen por una acusación, optó por disolver el parlamento, acortar su periodo y convocar nuevas elecciones.

Lo sorprendente, luego de un proceso accidentado, donde el candidato favorito fue asesinado, emergió este joven Daniel Noboa de apenas 35 años como el nuevo presidente de la república, derrotando en segunda vuelta a la candidata de Correa. Pero el correísmo sigue siendo una fuerza significativa, importante, aunque Correa esta también con acusaciones muy serias, vive exiliado en Bélgica y no se sabe muy bien cómo se resolverá su caso para las próximas elecciones; porque si no es Correa, es muy difícil que algún candidato de su propia agrupación pueda ganar las elecciones.

También es muy difícil que en año y medio Noboa por más voluntad que tenga, pueda generar situaciones que consoliden alternativas que limpien la corrupción o la delincuencia en Ecuador, que está viviendo un proceso muy crítico, porque el narcotráfico y las economías delictivas prácticamente han capturado el poder, pues son muy poderosas, actúan en consonancia con los carteles mexicanos y de otros países. Por momentos da la impresión que tienen arrinconado al Estado, así que esa es una tarea que tendrá que enfrentar el gobierno ecuatoriano, porque a cómo van las cosas eso no se resuelve en un breve tiempo. Eso para el Perú es muy importante, porque la presencia del narcotráfico y estas bandas trasnacionales y la delincuencia organizada, inciden en nuestro país marcadamente.

En cuanto a Venezuela es otro tema pendiente, la oposición hizo elecciones internas, ganó María Corina, la candidata de la derecha; pero como era obvio, el gobierno, de la dictadura de Maduro no reconoció esas elecciones y ahí hay todo un enredo, porque al mismo tiempo, Maduro está tratando de lograr el visto bueno de los EEUU y este también está interesado para reanudar el comercio petrolero entre ambos países, están en ese tira y afloja, algunas concesiones ha hecho los EEUU, eso ha ayudado a reactivar la economía venezolana. Por otro lado, un sector del partido oficialista promueve que Venezuela adopte el modelo chino de socialismo de mercado, lo que podría abrirle nuevas perspectivas económicas.

Pero no se sabe muy bien finalmente en que va a acabar el proceso electoral del próximo año. Por cierto, Maduro por enésima vez intentará reelegirse controlándolo fraudulentamente y evitar a como dé lugar que la candidata electa por la oposición participe, cosa que ya lo anunció a los cuatro vientos. De manera intempestiva el gobierno venezolano convocó a un referéndum para apropiarse de parte del territorio de Guyana, rico en petróleo y minerales. Esta peligrosa maniobra podría desencadenar un enfrentamiento militar porque atenta directamente contra la integridad territorial del pequeño vecino. Maduro intentaría crear una crisis militar para postergar las elecciones.

La decisión resulta muy arriesgada porque podría alterar la paz en la región y comprometer la intervención de grandes potencias.

En general, el panorama latinoamericano está lleno de incertidumbres, de agendas pendientes que se irán aclarando en los próximos meses; es decir, saber hasta dónde llega el peso de la ultra derecha con el triunfo de Milei, como se pueden asentar fuerzas democráticas y progresistas en el Brasil de Lula, o países tan importantes como México, cómo pueden resolver también sus dilemas Chile y Colombia en sus estabilidades internas y su proyección internacional. Entonces estamos, diría, ante un panorama que nos tiene en alerta con una agenda complicada, que nos tendrá en permanente tensión durante todo el 2024.

La política exterior del Perú, creo que es absolutamente nula, en estas dos fases de Perú Libre, primero con Castillo y ahora con Boluarte, no tiene voz propia, la señora ha estado muy aislada y no se le ha ocurrido nada mejor que nombrar a un Canciller reaccionario, que le facilite la aprobación de sus viajes por parte de un Congreso controlado por la derecha, por el fujimorismo, Avanza País, Renovación Popular, en fin.

Es este un Canciller sin mayores méritos y es un personaje extraño en un gabinete en donde la mayoría son gente de Perú Libre, de Humala e incluso hasta de Acuña; entonces es un bicho raro, y creo que nos va a meter en problemas, porque siempre se ha pronunciado contra la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH y contra la Corte de San José de Costa Rica. El gobierno al sacar de la cárcel a Fujimori desconoce la resolución de la CIDH que anuló el indulto humanitario concedido por Pedro Pablo Kuczynski, lo que coloca a Boluarte y a su canciller a la misma altura de Maduro y Ortega. Entonces la política exterior peruana es sumamente gris y no destaca para nada, no tiene voz propia, no alienta nada, es una actuación muy mediocre en el contexto internacional.

En cuanto a los EEUU, eso depende de las tensiones entre Trump y Biden. La política de Biden es afianzar su presencia en el mundo, sobre todo, tratando de superar el trago amargo de las guerras en Ucrania y Gaza; pero ha sido excesivamente pro israelí en el conflicto con Palestina, lo que ha generado dificultades en el exterior; pero con los países de América Latina es más cauto en su comportamiento e incluso ha anunciado que no va ir a la asunción de Milei, lo cual indica que no le cae en gracia este personaje, que por supuesto ha recibido la inmediata felicitación de Trump, así que EEUU depende del desenlace de las elecciones del próximo año.

Algunos aspectos claves donde América Latina debería tener políticas conjuntas, que están como relativamente marginadas, uno, es lo del cambio Climático, se acaba de realizar el evento Climático de Dubái, la COP 28, donde hubiese sido muy importante presentar una política conjunta sobre este tema. Algunos países han tomado iniciativa, sobre todo Brasil, pero no está el continente claramente unificado alrededor de planteamientos colectivos.

Los otros dos grandes temas, el de la migración, donde tampoco hay una posición común, porque la migración en buena parte está alimentada por la crisis venezolana y la decadencia de Haití y de otros países empobrecidos, el mal comportamiento de México en donde López Obrador ha seguido desde el principio las políticas de Trump, agresivas contra los migrantes. Entonces, frente a la migración no existe tampoco una política común, que en algunos casos menores lleva a extremos ridículos, como el que pasó en Lima, en el encuentro Perú - Venezuela, una cosa absurda de agredir por gusto al equipo de futbol venezolano, y por último, tampoco hay una política común frente a las economías delictivas que afectan a todo el continente.

En el caso ecuatoriano está prácticamente arrinconado el Estado y con el caso peruano son un dolor de cabeza cada vez más serio. Entonces, frente a estos temas tan importantes: cambio climático, migración, Economías delictivas donde América Latina debiera tener una posición de consenso, no existe, luego es un asunto pendiente a trabajar y alentar por las fuerzas democráticas.