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CAMBIO DE PARADIGMA

Agustín Haya de la Torre

Publicado: 2020-05-05

Presionado por el hambre y la miseria, el gobierno del presidente Martín Vizcarra anuncia el fin de la cuarentena en plena expansión del contagio en el Perú. Político de realidades, verifica que pese al enorme esfuerzo realizado con notables medidas a favor de la población, sobre todo de los pobres, no solo la economía no resiste sino que la informalidad abrumadora impide la disciplinas social. 

El riesgo es muy grande porque no existe ni tratamiento ni vacuna. Ello obliga a un plan cauteloso durante cuatro meses, aunque probablemente con tiempos regionales diferenciados.

En medio del desastre estatal que deja el modelo neoliberal, las inteligentes políticas adoptadas ubican al país en el promedio latinoamericano, incluso sumando las muertes no confirmadas.

La extrema derecha que acabó de perder los estribos con la disolución del Congreso, promueve un debate mezquino, centrado en la queja por la disminución de la tasa de ganancia de la gran empresa. La CONFIEP, que como sabemos es la Confederación de Instituciones Empresariales Pobres, no solo levanta el programa de los despidos masivos sino que se niega por completo a cualquier reforma tributaria que grave la riqueza. Mientras tanto sus líderes más reconocidos trasladan sus capitales a los paraísos fiscales o compran apresurados departamentos de lujo frente al Central Park.

Con sus conmovedoras lágrimas de cocodrilo , rechazan los estándares de salud y medio ambiente que la crisis exige en la reapertura de las actividades económicas.

Resulta interesante en el contexto de la región que países como Costa Rica o Uruguay, consigan tasas de contagio y mortalidad muy pequeñas. Los centroamericanos destinan a la salud y a la educación desde la revolución de 1948, que suprimió al ejército, importantes sumas a los bienes públicos, tendencia que en el pequeño país del Río de la Plata inició Batlle en las primeras décadas del siglo XX. Cuba prueba la reconocida fortaleza de su sistema de salud, con una cifra parecida, dándose el lujo de enviar médicos a la rica Europa, además de sus misiones en Venezuela y África.

En el mundo, son los gobiernos de inspiración social. democráticos o comunistas, los que combaten con mejores logros la pandemia. La social cristiana Angela Merkel conduce con firmeza el estado de bienestar alemán, buena parte de cuyos ingresos fiscales provienen de los impuestos a la ganancia. Igual sucede en la Europa nórdica, donde jóvenes primeras ministras que piensan en la gente aíslan al patógeno, como pasa también con el gobierno laborista de Nueva Zelanda.

La humanidad enfrenta las consecuencias de la destrucción de la naturaleza. La deforestación, la extinción de especies, la explotación intensiva de la tierra y la cría  industrial de animales, el combustible fósil o la extracción incontrolada, provocan que virus inofensivos rompan la barrera y se trasladen letalmente al ser humano. 

Lo peor de la crisis vendrá en los próximos meses, probablemente con rebrotes muy fuertes. Hasta que se alcance la solución, debe reinventarse un nuevo paradigma que impida la extinción de la especie y la destrucción del planeta en el altar del lucro.


Escrito por

Agustín Haya

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Agustín Haya

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