No cabe duda que el triunfo más relevante de las elecciones del 7 de octubre lo obtuvo Jorge Muñoz en la alcaldía de Lima. Consiguió remontar en pocos días un apoyo que a solo dos semanas no garantizaba nada para derrotar a tres candidatos que parecían irremediablemente ganadores. 

Muñoz postuló por Acción Popular partido descalificado por la mayoría de “expertos” por “tradicional”. Aunque proviene de Somos Perú, no desentonó en absoluto en su nueva agrupación. Con posiciones políticas muy parecidas sintonizó con curtidos cuadros persistentes de una larga travesía por el desierto.

Lo más interesante es que tras dos gestiones carece de acusaciones de corrupción tanto en su vida pública como privada, algo que buena parte del electorado reclama. Si a ello suma una gestión eficiente, muy reconocida por los miraflorinos, pudo por fin captar la atención de más de un tercio del electorado. Derrotar al populismo de derecha o a un xenófobo empresario no fue fácil.

Obtuvo votos de todos lados del espectro democrático harto de la corrupción y la demagogia, que sin duda fiscalizarán su gestión. El apoyo bien utilizado puede relanzar al viejo partido que después de todo mantiene una pugnaz presencia en el escenario nacional, sin alianzas equívocas.

La dificultad con los resultados en elecciones regionales y municipales, deviene de que más allá de la fragmentación de tres décadas, la ONPE no consolida la votación nacional. Razón por la cual hay que buscar con lupa más de dos mil circunscripciones para saber qué pasó.

Grosso modo pareciera que aparte del éxito limeño de AP, el movimiento de César Acuña y del primer ministro César Villanueva suman resultados favorables, Dicen que presentaron más de 1500 listas en las que suben todo los que puedan, además de cubrir cuotas nada franciscanas.

Quienes sufren una fuerte derrota son Fuerza Popular, prácticamente desaparecida del mapa, el APRA cuya dirigencia encaja impertérrita cinco contrastes seguidos y los grupos de izquierda, otra vez microscópicos, salvo radicales como Cerrón o Aduviri.