El psicólogo canadiense Steven Pinker en su obra “La tabla rasa, la negación moderna de la naturaleza humana” señala que la arrogancia y la corrupción son propias de la misma, por lo que para controlarlas se requiere del sistema político que tome en cuenta la visión negativa de tal naturaleza, 

Propone entonces la democracia constitucional, una fórmula institucionalizada de pesos y contrapesos surgido de la voluntad popular, capaz de mantener la convivencia pacífica. La constitucionalidad se sustenta en los derechos fundamentales y en una ética que permite sobrevivir a la especie en condiciones adecuadas, sancionando a quienes trasgreden las normas elementales.

La podredumbre del Poder Judicial puesta en evidencia por los audios, obliga a pensar sobre el modelo político. Desde 1993 se sustenta en una Constitución surgida de un golpe de Estado, discutida con escasa representatividad e impuesta mediante un referéndum que miembros del propio Jurado Electoral declararon fraudulento.

Pese a la destitución de Alberto Fujimori por incapacidad moral, dura ya un cuarto de siglo. Aunque con modificaciones, preserva el debilitamiento de los derechos y los bienes públicos. Su origen espúreo hace difícil la identificación de la sociedad con el régimen establecido.

El caso Lava Jato develó porqué los presidentes de la democracia no afrontaron el problema. La respuesta es que aprovecharon el espíritu privatista y de lucro que la inspira para corromperse en gran escala.

En tal contexto el fujimorismo aprovechó para rearmarse y volver a las andadas. Creció hasta copar el Legislativo e infestar el sistema judicial. Así sus representantes provienen de las economías delictivas en cuyo nombre actúan sin pudor. El gobierno de los peores, la kakistocracia, deviene en la metástasis del cuerpo social. El Estado en todos sus niveles sufre el asalto de las mafias que lo saquean sin rubor.

Restablecer el equilibrio requiere recuperar los valores ilustrados que fundaron la República. Exige pensar que la política es el terreno que permite generar las condiciones para que los derechos humanos sean realidad.